Hábitat: suelos calcáreos de Europa meridional, donde antaño fue cultivada. En la península ibérica abunda hacia el este y el sur. Es conocida en Sudamérica.
Descripción: planta vivaz de la familia de la Rubiáceas, que alcanza hasta un metro de altura. El tallo es cuadrangular, de color rojizo, y recubierto de ganchos espinosos. La raíz es larga y serpenteante, de color rojo.
Partes utilizadas: la raíz.
Propiedades e indicciones: la raíz contiene glucósidos antraquinónicos, a los que debe sus propiedades colorantes y diuréticas; citratos alcalinos y ácidos málico y tartárico. Sus propiedades más destacadas son:
Diurética: se recomienda en todo tipo de afecciones renales (cálculos, cólicos, infecciones), así como en las cistitis.
Es sedante del dolor y antiséptica de las vías urinarias, lo cual la hace muy útil en los cólicos. Se ha comprobado que es capaz de disolver ciertos tipos de cálculos renales (piedras del riñón) .
Aperitiva: abre el apetito.
Colerética: se halla indicada en los trastornos de la vesícula biliar.
Emenagoga: facilita las reglas y calma los dolores.
Laxante: favorece la evacuación intestinal.
Al usar la rubia como remedio, se tiñen de rosa la orina, las mucosidades e incluso el sudor, lo cual no supone ningún problema para la salud.
Uso: en decocción con 30-40 gramos de raíz desmenuzada en un litro de agua; hervir durante 10 minutos, de 4 a 6 tazas diarias. El polvo de raíz se ingiere de 2-4 gramos diarios, repartidos en 3 tomas.