Nombre común en inglés: jacaranda; palisander, palissandre (estos dos últimos nombres corresponden a la especie Jacaranda cuspidifolia que tiene las mismas aplicaciones en medicina tradicional que el gualanday, J. mimosifolia D. Don).
Árbol de 20 mts. de altura y aún más, tronco de 50 cm. de diámetro de color gris amarillento blanquecino, bien ramificado, erguido y de copa alargada. Hojas opuestas de unos 26 cm. de largo, pinnadas con numerosos foliolos, pelúcidos en el haz y vellosos en el envés; flores de unos 4 cm. de largo y 1.5 cm. de ancho, de color azul y algo violadas en panículos terminales de unos 15 mm. de largo, corola campanulada con tubo ensanchado en la base; estambres didínamos, con segmentos de 1/5; fruto capsular, ovoide deprimido, semillas aladas rugosas, de color oscuro.
Propagación: principalmente por semilla, pero otro método no muy utilizado es por estaca.
Usos reportados por la tradición oral: El Gualanday es uno de los remedios que tiene más fama para curar las afecciones sifilíticas, combate afecciones cutáneas, neuralgias y dolores de los huesos. También cura las hemorroides, las várices, las diferentes afecciones del hígado, los eczemas, forúnculos y todo aquello que tenga que ver con las impurezas de la sangre.
Droga aprobada: hojas (aunque la corteza es la droga más rica en principios activos).
Origen y otros aspectos: originario de América tropical, principalmente del norte de Suramérica. Se cultiva como planta ornamental en muchas partes del mundo.
Usos en medicina tradicional: la decocción de la raíz se emplea como diaforético. El jarabe de la raíz se utiliza especialmente contra las enfermedades venéreas y la furunculosis se asegura que en una semana cura la furunculosis; además se usa contra las hemorroides, las várices, las afecciones del hígado, los eczemas e impurezas de la sangre. La decocción de la corteza o de las raíces se utiliza en lavados para cicatrizar úlceras (incluyendo las venéreas), artritis, várices, varicela, llagas rebeldes, heridas y escrófulas. Por vía oral se usa para curar la sífilis, blenorragia, diabetes, dolor en los huesos, reumatismo y artritis; en forma de gargarismos, para sanar las afecciones de la garganta. La decocción o el jarabe de las hojas o de la corteza, tomada por vía oral o aplicada en baños calientes sobre la parte afectada, se considera un remedio para aliviar la sífilis y la blenorragia crónica; así como otras enfermedades venéreas, cutáneas y reumáticas; también los chancros, los bubones, las úlceras inveteradas de la boca, el impétigo, la soriasis, la furunculosis, los flemones, las hemorroides, las várices, los eczemas, las afecciones del hígado, neuralgias y dolores de los huesos; para regularizar la menstruación y como diurético, depurativo de la sangre, vulnerario y antianémico. La decocción de las hojas o de la corteza por vía oral se utiliza contra úlceras y externamente se usa en lavados vaginales. El polvo de las hojas secas, espolvoreado sobre las úlceras se emplea como desinfectante.
Composición química: ácido jacarándico, jacaranona, ácido jacoumárico, ácido ursólico y otras sustancias.
Propiedades del gualanday comprobadas científicamente: el extracto de las hojas es un potente antiséptico in vitro en cultivos de Stafilococcus aureus y Neisseri gonorrheae. En casos de impétigo infantil, con el uso del extracto en forma de ungüento, se observa la resolución total de la lesión en un lapso de 48 horas. La loción de gualanday presenta actividad sobre el acné. La Jacaranda se comporta como agente antitumoral (Piñeros y Otros, 1988).
Recomendaciones: casi todas las especies del género Jacaranda se utilizan frecuentemente como plantas medicinales en Colombia, además se les atribuye más o menos iguales propiedades terapéuticas. Cuando la preparación se usa externamente, y sólo en estos casos, se recomienda mezclarla con yoduro de potasio para aumentar su acción.
Advertencias: en ningún caso se pueden ingerir preparados mezclados con yoduro de potasio, éstos son únicamente para uso externo o lavados. En general el uso debe ser externo debido a que el Gualanday es citotóxico (Ogura, 1977).